La pandemia de COVID-19 hizo que organizaciones y empresas cerraran servicios físicos y se trasladaran, en muchos casos donde el modelo de negocio lo permitiera, hacia el ecosistema digital, lo cual devino en asumir el teletrabajo todos o casi todos los miembros de la empresa.
Ello ha traído varias consecuencias no previstas o deseadas tales como “el deterioro del bienestar de los colaboradores, el aumento de la ansiedad y el aislamiento”, de acuerdo con el reporte “El futuro del trabajo en un mundo post-pandemia”.
“La salud en el trabajo, ante todo, es un derecho de los trabajadores que se deriva de la normativa europea y de la Constitución española, la cual obliga a los poderes públicos a velar por la seguridad e higiene en el trabajo”, explicó Gonzalo Núñez Sarompas, docente de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad UDIMA, institución vinculada a la Fundación HERGAR y educador del Máster de Prevención en Riesgos Laborales.
Ante ese escenario y el que se configura paulatinamente, los líderes de organizaciones deben ser líderes resilientes que tengan la capacidad de, además de la adaptación, proponer, crear y desarrollar entornos de trabajo virtuales que permitan que el equipo, amén de cuán remoto se encuentre, se sienta identificado con la cultura de la empresa y el porqué de lo que hace.
De acuerdo con el informe, la clave está en la “humanización del trabajo”, ya que “es hora de pasar del concepto a la acción y centrarse en el camino hacia la prosperidad, no simplemente la supervivencia”. Explican, además, que son tres los aspectos principales para que ello ocurra: “rediseñar el trabajo, dar rienda suelta a la fuerza laboral y adaptar el lugar de trabajo”.
Gonzalo explica que “los aspectos psicosociales del trabajo tienen cada vez más importancia y su evaluación es objeto de análisis muy frecuente por parte de la Inspección de Trabajo. Y ello porque solo evaluando los riesgos psicosociales se pueden detectar las situaciones que, debidas a la organización general del trabajo (comunicación, participación, estilo de liderazgo o cambios tecnológicos), a la definición del puesto de trabajo (definición de rol, contenido de la tarea, formación para el puesto o presión de tiempo) o los relativos a las relaciones personal y de trabajo entre los empleados (o entre estos y externas a la empresa como los clientes o los proveedores), suponen riesgos para la salud del trabajador”.
Sobre ello, desde el Grupo Educativo CEF.- Santo Domingo, se ha preparado la Maestría en Dirección y Gestión Humana que tiene como encargos, “formar especialistas en la gestión de las personas dentro de las organizaciones. Para ello se darán a conocer los métodos para la planificación, gestión y desarrollo de la Gestión Humana en su dimensión psicológica, jurídica y empresarial”.
Además, desde la Fundación HERGAR, y el Grupo de Investigación de Ciencias Sociales y Tecnológicas (GICSOT) de la UDIMA, desarrollan el estudio “La crisis del Covid-19, la digitalización y el teletrabajo: experiencias y expectativas de las mujeres directivas y empresarias españolas” .