Son varios los retos que afronta el país centroamericano en aras de ofrecer políticas públicas multidimensionales que contribuyan al desarrollo y mejora de vida de los infantes.
Es por ello que las niñas y los niños en Panamá se enfrentan a “pobreza, la violencia, la discriminación, la educación y salud”, tal como indica el reportaje de la Estrella de Panamá, donde se establece que “la desigualdad es más notable en las comarcas Guna Yala, Ngäbe Buglé y Emberá, donde la mayoría de los niños entre 0 y 17 años están privados de cinco, seis y hasta siete de 10 aspectos claves de la vida de un niño para crecer y desarrollarse adecuadamente”.
Ello hace que “se convierte en un problema mayor hoy, luego de la pandemia y con los crecientes desafíos de la economía mundial, con una crisis climática visible, que amenaza la seguridad e ingresos de la familia y que convierte el periodo de la infancia en una etapa aún más vulnerable”.
Un dato alarmante es que al menos un 16 % de los niños que sobreviven el primer año de vida presentan “baja talla debido a la desnutrición, lo que afecta su desarrollo físico, cerebral y les resta oportunidades”.
Además, el embarazo adolescente es otro asunto a ver con lupa, pues el embarazo adolescente lleva la estadística de que el 26 % de las gestantes son adolescentes, así como el incremento de “de 342 denuncias más de maltrato de niño, niña y adolescentes, en el periodo comprendido entre enero y octubre de 2022”.
La educación es otro asunto medular para la infancia, pues “de cada 10 estudiantes que inician el primer año de premedia, uno queda fuera de la escuela, otro repite el año, otro pasa a octavo, pero no lo aprueba. En esta etapa aumenta la repetición y aparece el abandono escolar”.
A propósito de este importante asunto, la Universidad UDIMA, en unión con la Fundación Hergar y CEF.- Santo Domingo organizan más allá de sus fronteras cursos y formaciones que tienen el encargo de preparar a profesionales certificados en estos temas. Algunos de ellos son: