Más de 330.000 migrantes y refugiados han cruzado la selva del Darién en los primeros ocho meses de 2023, cifra que supera con creces la registrada el año pasado y que pone al descubierto la crisis migratoria que vive América Latina.
Este aumento sin precedentes en la migración plantea serios riesgos para la seguridad y los derechos humanos de quienes emprenden este peligroso viaje hacia América del Norte, algo que encuentra poca respuesta humanitaria y expone la necesidad de políticas migratorias acordes con el momento y los tiempos que se viven.
La portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Marta Hurtado, expresó su profunda preocupación por los riesgos y vulnerabilidades a los que se enfrentan estas personas. Entre ellos, destacó la violencia sexual, que representa un riesgo particular para niños, mujeres, personas LGBTI y personas con discapacidad.
Además, en el camino se han reportado asesinatos, desapariciones, tráfico, robo e intimidación a manos de grupos del crimen organizado.
La ONU recuerda que la selva del Darién, que abarca 575.000 hectáreas, presenta peligros inesperados como parte de una travesía que suele durar de cuatro a siete días, pero que durante la temporada de lluvias puede extenderse hasta diez días.
La Oficina de Derechos Humanos lamentó la atención humanitaria limitada que reciben los migrantes en Panamá y Costa Rica, pese a los esfuerzos por parte de la primera de esas naciones, que ha construido centros de recepción con apoyo internacional, los cuales, sin embargo, se encuentran al límite debido al alto flujo de personas.
La dependencia de la ONU reconoció los desafíos que enfrentan ambos países en la atención humanitaria de los migrantes y refugiados en sus fronteras y llamó a un esfuerzo colectivo a nivel regional e internacional para abordar la crisis migratoria.
Hurtado hizo un llamado a todos los Estados a promover soluciones basadas en los derechos humanos y a garantizar una gobernanza fronteriza de acuerdo con el derecho internacional, al tiempo que destacó la importancia de evitar narrativas discriminatorias y antimigrantes.
La Oficina instó a la comunidad internacional a fortalecer su apoyo a los estados de América para eliminar las brechas de protección. Además, exhortó a todos a abordar los factores estructurales que obligan a las personas a abandonar sus hogares y emprender viajes peligrosos en busca de seguridad y una vida más digna para ellas y sus familias.
De igual forma, se puso sobre la mesa la preocupación por la situación de los niños y niñas migrantes, pues en los primeros seis meses de 2023, más de 40.000 menores realizaron el peligroso viaje a través del Darién, incluyendo menores de cinco años.
Al respecto, se conoce que América Latina y el Caribe (ALC) vive una de las crisis de la niñez migrante más grande y compleja del mundo y se calcula que un cuarto del total de las personas en movimiento corresponde a niños y adolescentes.
El flujo de quienes pertenecen a este grupo etario en ALC ha alcanzado cifras sin precedentes, pues mientras a nivel global los menores representan menos del 15% de la población migrante.
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