Buenas prácticas y habilidades para un director financiero

La dirección económica financiera de una empresa es un área vital para la ‘salud’ de la organización. Sus responsables, directora o director financieros, (CFO) son imprescindibles en su función de proyectar, y de esa forma, ejecutar y analizar las finanzas.

Por Sandra Madiedo

Un puesto, sin duda, de alta responsabilidad que demanda de habilidades como “el análisis estratégico, manejo de información financiera precisa e instrumentos de evaluación”; competencias esenciales de un directivo, según José Manuel Toribio, maestrante en la Maestría en Dirección Económica-Financiera que imparte CEF.- Santo Domingo, de la Fundación HERGAR.

Por su parte, Anderson Pérez, otro maestrante, explica que “todo director financiero debe tener una buena base y conocimientos de economía que le permitan hacer frente a los cambios en el mercado, prevenir riesgos financieros y poder realizar análisis de inversión bien estructurados”.

¿Por qué estudiar un Máster en Dirección Económica-Financiera?

José Manuel Toribio cuenta que eligió el máster porque va muy de la mano con sus responsabilidades laborales, pues al pertenecer a una institución pública y coordinar una división dedicada a la inclusión financiera de las mipymes, le resulta imprescindible conocer los distintos instrumentos de acceso a la financiación, estar al día con el sistema económico y financiero nacional y cómo se opera en el mismo.

Anderson Pérez agrega que algunas carreras afines como administración de empresas, contabilidad, economía, entre otras, no tienen mucha profundidad en los aspectos financieros de una empresa o mercado, por lo que se hace necesario en ocasiones el tener que afianzar más estos conocimientos.

Toribio refiere que la maestría de CEF.- Santo Domingo, de la Fundación HERGAR, está enfocada en la capacitación para la toma de decisiones, por lo que le resulta crucial en la coordinación de los distintos programas y proyectos que realizan en su división.

Por ello, Anderson comenta que la maestría ayuda a cubrir los posibles vacíos de conocimientos que pueda tener un directivo. Toribio destaca algunas habilidades y competencias necesarias en estos puestos, tales como la capacidad de evaluación, gestión de riesgo, capacidad de negociación y el criterio ético.

Las mejores prácticas

Sugiere, además, cuáles deberían ser buenas prácticas en la dirección económica-financiera de una empresa, entre ellas, la transparencia en las informaciones provistas que son esenciales, informes al día y precisos.  A su vez, Anderson agrega el análisis de inversión, análisis de los riesgos de tasa y de crédito y realizar buenos modelos financieros.

Toribio apunta que “una buena gestión de auditoría también contribuye a la buena práctica en gestión financiera. La formulación estratégica de un plan de trabajo en unión con la visión del Gobierno Corporativo de la empresa debe ser un pilar en las buenas prácticas empresariales”.