Una gran mayoría de los niños, niñas y adolescentes viven en hogares en situación de pobreza en Guatemala, pese a los programas que se implementan en el país desde 2008, a todas luces, insuficientes.
Se calcula que siete de cada diez niños, niñas y adolescentes pertenecen a hogares en situación de pobreza en ese país centroamericano, por lo cual, urge implementar una serie de medidas para revertir una situación que compromete el futuro de las próximas generaciones.
“Desde 2008, Guatemala empezó a implementar programas de protección social no contributiva, pero aún no han logrado tener el efecto esperado. La tasa de cobertura de los programas sociales que otorgan beneficios de forma individual en la niñez de 5 a 14 años pasó de 475 por cada mil en 2016 a 283 por cada mil en 2020”, advierte el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) en un informe reciente.
El país destina una parte ínfima de su producto interno bruto a programas de protección social no contributiva en niñez y adolescencia, apenas el 0.06%, así como el 0.4% del presupuesto total de egresos para esa causa.
Es una “inversión limitada e insuficiente para la demanda de asistencia social en condiciones desfavorables”, añade la entidad en su reporte “Bienestar para la niñez: una mirada a la protección social en la niñez desde su oferta pública y propuestas para mejoras”.
Los programas sociales en esa nación se han caracterizado por no ser sostenibles en el tiempo y otro problema se encuentra en que el presupuesto del Estado no deja mucho margen de maniobra, por los pocos fondos que se destinan para estar actividades.
“Los programas de protección social dirigidos a la niñez y adolescencia no han sido prioridad, aun considerando que los hogares con presencia de mayor número de personas en situación de dependencia, en especial niños y niñas, son los más pobres y vulnerables. La inversión pública en protección social dirigida a la primera infancia resulta ser la más afectada con los recortes y los niveles de ejecución presupuestarios bajos”, añade.
Entre las recomendaciones que ofrece Icefi para revertir esta situación, están las de aumentar las becas educativas para adolescentes (13 a 17 años) y “ampliar la cobertura de las transferencias monetarias a toda la niñez de 0 a 12 años en situación de pobreza extrema y a toda la niñez y adolescencia con discapacidad (0 a 17 años)”.
Además, “extender los servicios de cuidado en la primera infancia (0 a 6 años)”, a partir de un conjunto de medidas políticas, legislativas y administrativas en el país.
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