Educación online: binomio entre tecnología y pedagogía

La pandemia de la COVID-19 ha sido también una batalla por el ancho de banda entre quienes han competido por Zoom o FIFA 2020. Sin embargo, un porcentaje considerable de la población mundial aún está desconectada y se ha expuesto a ir a un hospital, perder el curso escolar, un empleo o quedarse en soledad sin poder compartir con otros mediante llamadas virtuales.

Por Sandra Madiedo

Estudiantes de diversas partes del mundo como en Estados Unidos o en China, por ejemplo, han carecido de un ancho de banda adecuado para enviar emails u observar videos tutoriales. Es así como la (homework gap) referida a la necesidad de completar tareas en casa y que necesitan conexión se ha incrementado.

“Existen diferentes tipos de brechas digitales: económica, educativa, idiomática, política, generacional, de género y entre docente y discente. La pandemia ha demostrado que la incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), no están por desgracia, al alcance de toda la población (especialmente en el ámbito rural).

Por eso es importante favorecer soluciones gubernamentales que apuesten por la inclusión social y porque los beneficios de la tecnología lleguen a toda la población”, comentó al respecto Silvia Prieto, directora de Innovación de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, y experta en Tecnología Educativa.

De hecho, “2 de cada 3 niños y jóvenes de 25 años o menos, no tienen acceso a Internet en casa”, de acuerdo con el reporte How many children and young people have internet access at home? (¿Cuántos niños y jóvenes tienen acceso a internet en casa?).

Ante esta situación, el cierre masivo de escuelas significó también la oportunidad de llegar más lejos en la educación, sin embargo, no carentes de desafíos, tanto para el alumno como el docente.

“Si hablamos de la brecha digital entre estudiante y profesor, debemos destacar que el mero uso de las TIC no supone necesariamente la participación activa del alumnado ni tampoco una interactividad real. En este contexto se tiende a caer en el mito del uso de la tecnología por la tecnología, lo que se traduce en un aumento de la brecha digital entre el profesorado (que adquiere un papel activo, creativo y de prosumidor), y el alumnado (que puede quedar relegado a un papel de consumidor pasivo de información)”, explica Prieto.

Sobre los retos de los profesionales de la educación y su relación con las nuevas tecnologías, ahondó que “es por ello que el profesor debe formarse en el uso de la tecnología, pero siempre desde una visión pedagógica e integradora”. Ese es el objetivo principal del Máster Universitario en Tecnología Educativa de la UDIMA, universidad vinculada con la Fundación HERGAR.

¿Cómo se complementan los programas académicos en la educación online con las tendencias tecnológicas, como por ejemplo la gamificación o realidad virtual?

No podemos considerar la gamificación o la realidad virtual como tendencias pedagógicas. La realidad virtual es una tecnología que debe estar al servicio de la pedagogía para amplificarla y mejorarla, aclara Silvia Prieto.

La gamificación, permite trabajar la adquisición de los conocimientos y competencias, planteados en cada asignatura, de una forma más lúdica. Es una experiencia inmersiva que resulta de gran utilidad a la hora de captar el interés y atención de los estudiantes. Trabajar sobre aquello que los motiva y con un apoyo visual tan potente como el de los juegos, hace del proceso de enseñanza y aprendizaje un camino mucho más sencillo, significativo y efectivo.

En cuanto a tendencias pedagógicas se podrían destacar: la clase invertida o flipped classroom, el microaprendizaje, el neuroaprendizaje, el aprendizaje adaptativo, el aprendizaje basado en competencias, el aprendizaje basado en proyectos o el aprendizaje basado en problemas. Todas ellas, forman parte de la transformación que la educación está viviendo y del cambio del rol del docente.

¿Qué competencias profesionales deben ser desarrolladas por los docentes para el diseño de materias o cursos en un Entorno Virtual de Enseñanza-Aprendizaje (EVEA)? 

Entre las competencias fundamentales que deben cumplir los docentes, para llevar a cabo acciones formativas en modalidad e-learning o b-learning, Prieto destaca las siguientes: conocer los enfoques, tendencias y líneas de investigación actuales en el ámbito de la tecnología educativa; tener la capacidad de seleccionar y utilizar correctamente diferentes herramientas y plataformas tecnológicas para crear entornos de enseñanza y aprendizaje.

También planificar y diseñar contenidos y recursos digitales que potencien el trabajo en equipo, la innovación, y la creatividad en el ámbito de la sociedad digital, comprender las implicaciones educativas, comunicativas y sociales de los recursos tecnológicos en el diseño de propuestas educativas con TIC, así como realizar un uso seguro y ético de la información digital y de los recursos tecnológicos en el ámbito educativo, respetando los derechos de autor y la propiedad intelectual.

¿Apostar por una modalidad totalmente online (e-learning) o mezclada (b-learning)? 

Las dos modalidades tienen sus ventajas y serán más o menos adecuadas, dependiendo del perfil del estudiante. La modalidad e-learning lleva la educación a todos los lugares del planeta, en cualquier momento y lugar, presentándose como la solución perfecta para aquellos que no disponen de mucho tiempo, o que tienen que trabajar y cumplir con diferentes responsabilidades, al mismo tiempo que necesitan formarse y actualizarse permanentemente. La educación virtual facilita así el aprendizaje a lo largo de toda la vida o lifelong learning.

En cuanto a la modalidad semipresencial, el uso de la tecnología flexibiliza la formación presencial. En esta modalidad, por un lado, el estudiante gana autonomía y libertad a la hora de aprender y, por otro, permite diversificar las metodologías que se usan en la enseñanza tradicional con las del e-learning, dando con la combinación de actividades presenciales (clases cara a cara, laboratorios, estudios de campo), y de actividades en línea (chats, encuentros virtuales, grupos de trabajo online).

Tras la crisis sanitaria vivida, y en determinados niveles formativos (no es una buena opción en los básicos), parece una opción que se generalizará al combinar los beneficios de la enseñanza presencial y la enseñanza virtual.