Los países e instituciones están malgastando billones de dólares en subsidios ineficientes en algunas áreas que han empeorado el cambio climático, en vez de destinarlos a enfrentar los efectos negativos.
Solo en los subsidios explícitos e implícitos destinados a los combustibles fósiles, la agricultura y la pesca, se están gastando más de 7 billones de dólares, en acciones que alimentan la degradación de estos activos y dañando a las personas, el planeta y las economías, alerta el Banco Mundial.
En su reporte titulado Detox Development: Repurposing Environmentally Harmful Subsidies, el organismo indica que hay “billones de dólares desperdiciados en la lucha contra el cambio climático” que podrían emplearse en paliar sus efectos y salvaguardar “los activos naturales fundamentales del mundo: aire, tierra y océanos limpios”.
“Los subsidios a los combustibles fósiles, la agricultura y la pesca superan los 7 billones de dólares en subsidios explícitos e implícitos, lo que representa alrededor del 8 % del PIB mundial”, amplían.
Un análisis indica que los explícitos (gastos directos del gobierno) en agricultura, pesca y combustibles fósiles suman $1.25 billones, “aproximadamente el tamaño de una gran economía como la de México”.
En cuanto a los implícitos, “una medida del impacto de los subsidios en las personas y el planeta, ascienden a más de US$6 billones al año y la carga recae principalmente sobre los pobres”.
“Los gobiernos están gastando billones en subsidios ineficientes que están empeorando el cambio climático, dinero que podría utilizarse para ayudar a resolver el problema”, amplían.
De acuerdo con los números, los subsidios a la agricultura provocan que se pierdan 2,2 millones de hectáreas de bosque por año e inciden en el 14% de la deforestación mundial.
Este dinero malgastado propicia un deterioro de la calidad del agua y, por ende, un incremento en la escasez, una muestra de que el método empleado para subsidiar “promueve la ineficiencia, la inequidad y la falta de sostenibilidad”.
“Las consecuencias de la inacción son costosas. Nos estamos quedando sin tiempo para hacer frente a la crisis climática. En tiempos de presupuestos ajustados, crecientes deudas públicas, aumento de las desigualdades y empeoramiento de la degradación ambiental, los gobiernos deben priorizar reformas integrales que construyan la aceptación pública, protejan a los vulnerables y muestren cómo se gasta el dinero”, advierte el Banco Mundial.
En cuanto a los combustibles fósiles, tienen un gran peso en los 7 millones de muertes prematuras cada año por la contaminación del aire, mientras que los subsidios a la pesca han provocado la disminución de las poblaciones de peces, debido a flotas pesqueras sobredimensionadas.
Banco Mundial señala la importancia de una reforma de los subsidios perjudiciales para el medio ambiente para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
“La reforma no solo elimina incentivos distorsionados que socavan la capacidad de los países para avanzar hacia estos objetivos, sino que también puede desbloquear una importante financiación nacional para facilitar y acelerar la sostenibilidad esfuerzos de desarrollo que tendrían beneficios mayores, más amplios y más equitativos”, concluyen.
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