Reformar el Consejo de Seguridad y las instituciones de Bretton Woods para cambiar el sesgo

Para eliminar el “sesgo en los marcos económicos y financieros globales a favor de los países ricos”, el secretario general de las Naciones Unidas hizo un pedido especial: reformar el Consejo de Seguridad y las instituciones de Bretton Woods.

Por Sandra Madiedo Ruiz

António Guterres se dirigió a los líderes del grupo G7, conformado por algunas de las naciones más desarrolladas del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), para pedir una “redistribución del poder de acuerdo con las realidades del mundo actual”.

“La recuperación ha sido extremadamente desequilibrada. Los países ricos se recuperaron del impacto económico de la pandemia con políticas monetarias y fiscales expansivas. Se gastaron billones y billones. Básicamente, imprimieron dinero y gastaron para salir de los problemas”, afirmó.

Las cifras señalan la desproporción en la ayuda brindada por una de las llamadas instituciones de Bretton Woods, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ciertos países, algo que apunta a ese sesgo sistémico.

“Esto se hizo de acuerdo con las reglas. Fue hecho por el libro, pero desde un punto de vista moral, hay algo fundamentalmente erróneo con las reglas mismas”, declaró Guterres.

El FMI asignó 650 mil millones de dólares estadounidenses en Derechos Especiales de Giro -o DEG- durante la pandemia y los países del G7, con una población de 772 millones de personas, recibieron 280 mil millones.

Del otro, el continente africano, con casi el doble de esa población (1.300 millones de personas), recibió solamente 34.000 millones, un número ocho veces menor.

Para el secretario general de la ONU, “incluso dentro de las reglas globales injustas actuales, se puede y se debe hacer más para apoyar a las economías en desarrollo”, acortar distancias y abogar por un mundo más justo.

Para ello, afirma, hay que reformar dos pilares sobre los cuales se cimientan esas diferencias que signan el devenir global: las instituciones de Bretton Woods y el Consejo de Seguridad de la ONU.

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) son las entidades nacidas en una reunión de 43 países en Bretton Woods, Estados Unidos, en 1944, para alentar la cooperación económica internacional y reconstruir la economía tras la II Guerra Mundial.

Por otro lado, el Consejo de Seguridad “celebró su primera sesión el 17 de enero de 1946 en Church House, Westminster, Londres” y entre sus funciones, están la de mantener la paz y la seguridad internacionales de conformidad con los propósitos y principios de las Naciones Unidas”.

Pero, según Guterres, cargan con una herencia que refleja las relaciones de poder de 1945 y mucho ha llovido desde entonces, pues la “arquitectura financiera global se volvió obsoleta, disfuncional e injusta”.

La pandemia y la guerra han puesto en evidencia que “no han cumplido su función principal como red de seguridad global” y que es “hora de reformar tanto el Consejo de Seguridad como las instituciones de Bretton Woods”.

Guterres alertó que las políticas actuales, el desbalance de poder y la menor ayuda a países subdesarrollados o en vías de desarrollo se han revertido en contra de todos.

El mundo tiene una seria deuda con el medio ambiente y el cambio climático es una evidencia, pues nos encaminamos a un aumento de temperatura de 2,8 grados para fines de este siglo y los próximos cinco pueden ser los años más calurosos jamás registrados.

“En nuestro mundo multipolar, a medida que crecen las divisiones geopolíticas, ningún país o grupo de países puede quedarse de brazos cruzados mientras miles de millones de personas luchan con los elementos básicos de alimentos, agua, educación, atención médica y empleo. Aquí en Hiroshima, es hora de demostrar liderazgo global y solidaridad global”, concluyó.

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