Las inquietantes perspectivas económicas mundiales que apuntan a la desaceleración

Los problemas se ciernen sobre los mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED) nuevamente en 2023, pues el crecimiento mundial muestra una preocupante desaceleración que evidencia la “situación” precaria de la economía mundial.

Por Sandra Madiedo Ruiz

Las previsiones que compartió recientemente el Banco Mundial no son halagüeñas: de un crecimiento mundial de 3.1 en 2022, habrá una desaceleración hasta 2.1 en 2023, y el mundo está lejos del dinamismo necesario “para poner fin a la pobreza, contrarrestar el cambio climático y reponer el capital humano”.

“En los mercados emergentes y economías en desarrollo, la presión de la deuda está aumentando debido al aumento de las tasas de interés. A raíz de deficiencias fiscales, muchos países de ingreso bajo ya han caído en un sobreendeudamiento. Mientras tanto, las necesidades de financiamiento para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible son mucho mayores que, incluso, las proyecciones más optimistas en materia de inversión privada”, afirmó Indermit Gill, economista en jefe y vicepresidente sénior del Grupo Banco Mundial.

El reporte Perspectivas económicas mundiales indica que factores como la alta inflación, políticas monetarias restrictivas y condiciones crediticias más limitadas provocan perturbaciones financieras en los mercados emergentes y economías en desarrollo.

No obstante, el impacto no será igual en todos los lugares, pues se prevé que el crecimiento aumentará en 2023 en Asia oriental y el Pacífico. Por otro lado, será moderado en las demás regiones, debido a escasa demanda externa, severas condiciones financieras mundiales y la alta inflación.

Los datos apuntan a que los problemas bancarios en las economías avanzadas incrementarán su impacto en los MEED, que han visto como uno de cada cuatro países que responden a esta clasificación ha perdido acceso a los mercados internacionales de bonos.

En el caso de la región de América Latina y el Caribe, el crecimiento se desacelerará más en 2023 hasta un 1,5 %, algo visible en las previsiones para países como Brasil (se desacelerará al 1,2 %), Colombia (al 1,7 %) y Chile (contracción del 0,4 %).

El daño remanente de la pandemia, la invasión de Rusia a Ucrania y las condiciones financieras restrictivas moldean un panorama que hace pronosticar que la actividad económica de las economías MEED será un 5 % menor que lo proyectado antes de la pandemia.

“En los países de ingreso bajo, en particular los más pobres, los daños son enormes: en más de un tercio de estos países, los ingresos per cápita en 2024 seguirán siendo inferiores a los niveles de 2019. Debido al lento ritmo de crecimiento de los ingresos, la pobreza extrema se arraigará en muchos países de ingreso bajo”, amplían.

En este contexto, el Banco Mundial señala la necesidad de “medidas normativas integrales para promover la estabilidad macroeconómica y financiera”.

Además, “se necesitarán mayores ingresos, un gasto más eficiente y una gestión más adecuada de la deuda para lograr la sostenibilidad fiscal. La cooperación internacional sigue siendo un factor fundamental para enfrentar el cambio climático, ayudar a poblaciones afectadas por crisis y el hambre, y brindar alivio de la deuda en aquellos lugares donde es necesario”.

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